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Los adolescentes sienten agotamiento y la cultura del esfuerzo en redes sociales no lo facilita.

La obsesión por la mejora constante está generando problemas en el bienestar de algunos adolescentes.

Lydia Bach, una adolescente de 15 años que vive en Nueva York, ha alzado la voz para sensibilizar a los adultos sobre el agotamiento que enfrentan los jóvenes. Para ella, los factores de estrés son diversos e incluyen la violencia armada, los conflictos globales y la apremiante preocupación por el futuro debido al cambio climático. Al mismo tiempo, los adolescentes sienten la presión de mejorar constantemente debido a una cultura de productividad que exige resultados.

La ansiedad por obtener buenas calificaciones se suma a las expectativas altas que provienen de padres, maestros, entrenadores y de la propia autocrítica. Asimismo, deben lidiar con la influencia de las redes sociales, las cuales pueden intensificar la presión que sienten. Un nuevo informe sobre la cultura del esfuerzo, elaborado por varias instituciones, pone de manifiesto que más de un cuarto de los adolescentes encuestados experimentan agotamiento.

Bach, quien administra una cuenta de redes sociales para el pódcast This Teenage Life, tiene opiniones mixtas sobre el impacto de las redes. Aunque ha encontrado comunidades en línea que fortalecen sus intereses, también es consciente de que las publicaciones de logros ajenos pueden generar comparaciones negativas. Según el estudio, publicaciones sobre éxitos personales, como premios recibidos o aceptaciones universitarias, aumentan la sensación de presión entre los jóvenes.

La investigación identifica seis tipos de presiones fundamentales que afectan a los adolescentes, incluyendo el deseo de tener un futuro claro, acumular logros excepcionales, y tener una vida social activa. Lenhart, la responsable de investigación de la institución que realizó el informe, ratifica que los jóvenes reconocen estas presiones como una de las principales causas de su agotamiento.

Las redes sociales, según los participantes, intensifican los trastornos relacionados con la imagen personal, afectando directamente su bienestar emocional. Una pequeña porción de adolescentes también mencionó que las redes sociales pueden, en ocasiones, disminuir esta presión.

Dr. Tori Cordiano, psicóloga clínica que trabaja con adolescentes, observa que el término "agotamiento" se ha popularizado en los últimos cinco a siete años. Muchos jóvenes lo confunden con estrés, aunque otros lo utilizan para describir una situación crónica que les dificulta pensar en el futuro. La influencia de las redes sociales es compleja y puede tanto agravar la carga emocional como ofrecer oportunidades valiosas para conectar con amigos.

Cordiano destaca que el insistente enfoque en la auto-mejora que predomina en las redes sociales refuerza la noción de que sentirse bien depende de "perfeccionar cada aspecto de uno mismo". Esto añade una presión considerable sobre los adolescentes. Los que no enfrentan las presiones mencionadas suelen dormir mejor, pasar más tiempo al aire libre y disfrutar de más tiempo libre.

Los padres deben estar atentos a las señales de agotamiento en sus hijos y trabajar con ellos para encontrar estrategias saludables que alivien su carga. Se les recomienda establecer expectativas razonables sobre la gestión del tiempo del adolescente y ayudarles a identificar los tipos de uso de redes sociales que les hacen sentir peor.

Bach concluye que leer libros sobre diferentes experiencias de vida es útil para lidiar con el agotamiento, ya que ofrece perspectivas distintas y alivia la sensación de agotamiento temporal. Sin embargo, comparte su preocupación por la presión constante que siente al crecer en una cultura que prioriza el trabajo incesante.