¿Las campañas presidenciales de 2024 están demasiado enfocadas en lo digital?
¿Pueden los memes influir en las elecciones? Las campañas de Harris y Trump podrían estar apostando a esta posibilidad.
Las campañas electorales deben encontrar un equilibrio en su relación con el mundo digital. En la actualidad, es indispensable para los políticos tener una presencia online, especialmente con la generación Z listando para votar por primera vez en las elecciones de 2024. Sin embargo, hay un límite entre utilizar internet de manera efectiva y volverse excesivamente dependientes de él, lo que puede hacer que las auténticas preocupaciones y problemáticas en el mundo real se pierdan en medio del ruido digital.
Aunque las campañas de los candidatos no son iguales, ambos han explorado espacios online de maneras distintas. Por un lado, la campaña de Kamala Harris ha capitalizado tendencias populares y sonidos virales en plataformas como TikTok para atraer a los votantes jóvenes. Por otro lado, el equipo de Donald Trump ha optado por memes provocativos, basados en afirmaciones infundadas sobre inmigrantes haitianos, buscando movilizar el apoyo de su base. Esta diferencia plantea un dilema: mientras que Harris puede caer en una imagen exagerada o superficial, Trump corre el riesgo de propagar ideas peligrosas y ficticias.
En el contexto de una era dominada por los memes, es fundamental reconocer que, aunque las estrategias online son vitales, no se debe depender exclusivamente de ellas. Es probable que los propios candidatos no sean quienes pasen todo el día en redes sociales, pero sus campañas sí parecen hacerlo. Es crucial recordar que no todos los electores están tan conectados virtualmente; de hecho, las estadísticas muestran que menos del 10% de los mayores de 65 años están activos en internet de manera constante. Sin embargo, en las últimas elecciones, el 55% del electorado tenía 50 años o más, lo que pone de manifiesto una desconexión entre las tendencias digitales y la realidad de los votantes.
La tendencia a sobrevalorar la presencia online puede resultar en distracciones y en una falta de conexión con los votantes más alejados del espacio digital. Un claro ejemplo de esto fue el mal recibido comentario de Harris relacionado con un meme, que fue criticado por la comunidad en línea. Este tipo de estrategias puede alienar a aquellos votantes que consideran tales movimientos como poco sinceros.
En contraste, el enfoque de Trump hacia las redes sociales parece estar fundamentado en un estilo provocador, siguiendo la corriente de que la controversia atrae atención. Este método ha conducido a situaciones absurdas, como su reciente reclamación sobre los haitianos "comiendo perros", una distorsión de la realidad que fue acogida y compartida como un meme.
Si bien es innegable que una presencia digital es esencial, hay una línea muy fina entre el compromiso eficaz y la dependencia excesiva de los memes. Las campañas deben recordar que lo que realmente mueve a los votantes son las cuestiones tangibles que afectan sus vidas, como la economía y la política internacional, no solo las tendencias momentáneas. Una estrategia que solo se centre en memes podría fácilmente caer en el ridículo, como ocurrió con el famoso "Pokémon Go to the polls" de las elecciones anteriores.
Por último, las campañas deben equilibrar su enfoque en línea con una conexión más sólida a las realidades del electorado. Necesitan reducir su presencia digital y enfocarse en lo que realmente importa a sus potenciales votantes.