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Startups de telemedicina adoptan un medicamento menos eficaz tras la prohibición de vender Ozempic de marcas alternativas.

Ante la suspensión de la venta de productos similares a Ozempic y Zepbound por parte de la FDA, clínicas en línea han comenzado a ofrecer liraglutida, un medicamento GLP-1 más antiguo que se administra diariamente en lugar de semanalmente.

Recientemente, tras perder la capacidad de comercializar versiones exactas de los medicamentos GLP-1 patentados para la pérdida de peso, varias startups de telemedicina han comenzado a explorar alternativas menos efectivas. Una de ellas es el liraglutide, un medicamento que se encuentra en el mercado estadounidense desde 2010 y que ha comenzado a tomar relevancia en clínicas en línea que ofrecen tratamientos para la diabetes y la pérdida de peso.

El liraglutide, conocido bajo las marcas Victroza y Saxenda de Novo Nordisk, está disponible en su forma genérica desde el año pasado. Al igual que otros medicamentos GLP-1 como Ozempic, este fármaco actúa al mimetizar una hormona natural que suprime el apetito y regula los niveles de insulina. Sin embargo, su popularidad y reconocimiento en el mercado son limitados en comparación con los nuevos tratamientos, debido a que no es tan efectivo, puede provocar efectos secundarios más graves y requiere inyecciones diarias, a diferencia de las semanales de otros medicamentos.

A principios de este año, la FDA determinó que medicamentos patentados como Zepound y Ozempic ya no estaban en escasez, lo que supuso el fin de las provisiones que permitían a las clínicas online comercializar versiones compuestas de estos productos. Al disminuir la venta de compuestos, muchas clínicas están adoptando el liraglutide. Por ejemplo, la compañía de telemedicina Hims ha añadido este medicamento genérico a su oferta, junto a otros competidores que ya lo comercializan en diversas presentaciones.

Farmacias de compuestos de gran tamaño, como Olympia Pharmaceuticals en Florida, también están ajustando su producción para satisfacer la creciente demanda de liraglutide. Joshua Fritzler, su director financiero, comentó que la empresa ha firmado contratos significativos para la producción del medicamento. Olympia planea aumentar su producción en verano, tratando el liraglutide de manera similar a como lo hizo con otros fármacos.

Los medicamentos GLP-1, como Ozempic y Zepbound, han sido aclamados por su éxito en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2. Se ha investigado su potencial para ayudar en una variedad de otras condiciones, desde adicciones hasta enfermedades como el Parkinson. A medida que la demanda de estos tratamientos ha aumentado, la FDA había declarado que algunos de ellos estaban realmente en escasez, lo que permitió a los médicos prescribir versiones compuestas más económicas con los mismos ingredientes activos.

Ahora que estos medicamentos están nuevamente disponibles, las farmacias de compuestos y las startups de telemedicina han prosperado vendiendo estos productos alternativos, atrayendo a miles de clientes que no podían pagar los precios elevados de las marcas. Sin embargo, esta situación ha cambiado, y los períodos de gracia de la FDA para que los fabricantes dejen de producir y vender las versiones compuestas de tirzepatide y semaglutide ya han terminado.

Aunque algunas empresas de telemedicina siguen ofreciendo versiones compuestas que no son copias directas de los medicamentos patentados, otras han optado por detener sus ventas para evitar problemas legales. En este contexto, el liraglutide se presenta como la opción más cercana que estas empresas pueden ofrecer, y algunas incluso lo describen como un sustituto de otros tratamientos.

Expertos médicos advierten que los pacientes interesados deben evaluar cuidadosamente si el liraglutide es una alternativa adecuada. Aunque puede resultar útil para algunos, estudios indican que tirzepatide y semaglutide ofrecen mayores beneficios en términos de pérdida de peso y menos efectos secundarios. "Es mejor que no tomar nada, pero las expectativas deben ser realistas", señala un especialista en obesidad. Además, dado que se requiere mantener el tratamiento de manera indefinida, las inyecciones diarias del liraglutide pueden representar un obstáculo para el éxito a largo plazo.

Por último, se sugiere que los pacientes realicen un análisis de costos, ya que aunque el liraglutide pueda parecer más económico inicialmente, las dosis necesarias para conseguir resultados comparables a los de otros medicamentos pueden generar un costo mayor a largo plazo.